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La semilla que germina

La  semilla que germina

De baja estatura, con un corazón  tan grande para repartir amor a todos sus alumnos  durante las cuatro décadas que dedicó a tan noble profesión , aún jubilada continua repasando en casa cuando casi cumple los 80 años de edad.

Arminda Cruz Escobar no concibe la vida sin enseñar.

-El amor hacia la profesión lo empecé a sentir cuando alfabeticé en Las Tunas, por allá pasé 9 años y 31 en Baraguá-y asegura:-El amor a los niños que siento no soy capaz de calcularlo,  y enseñar es mi vida toda,al extremo de que no puedo vivir sin eso… si volviera a nacer volvería a ser maestra.

Ha recibido múltiples medallas y condecoraciones además del sello de alfabetizadora:

Medalla Hazaña Laboral , Educador Ejemplar, Vanguardia Nacional, Guia Pioneril Vanguardia, Medalla por la Educación Cubana , la Rafael Maria de Mendive y varias más, pero la que más resplandece en su alma es la del reconocimiento de sus alumnos , que convertidos en mujeres y hombres de bien  aun la llaman la Maestra Arminda.

 Se siente realizada cuando escucha a otras generaciones de maestros destacados como Mariela Rodríguez Vidal, del seminternado de primaria 7 de diciembre, afirmar:

-…mi fuente de inspiración para mi carrera pedagógica fue mi maestra Arminda, ella se convirtió en mi ídolo, fue mi maestra del primer ciclo, quien me enseñó a leer y a escribir con perfecta ortografía y me dio tanto amor que me resulta imposible no continuar su obra….recuerdo su dulzura, su cariño, la ética pedagógica con que nos trataba a todos….y no olvido sus pellizquitos .Eran como un reconocimiento cuando hacíamos algo bueno, como un beso en el alma que todos esperábamos en cada clase…… años después fue mi tutora en mi práctica docente y quien me ayudó a prepararme para enfrentar los retos del sector ….aún le consulto si tengo dudas en las `particularidades de algún alumno.

 Hoy Mariela es ejemplo ante su colectivo, recibió la condecoración Granito de Maiz por excelencia en la labor pedagógica, comenzó como maestra en el curso 1989-90 en la escuelita rural Raul Cervantes, luego pasó a la escuela especial Mariana Grajales y  se mantiene en la 7 de diciembre desde hace casi una década.

Pero la historia no termina ahí.

Entonces pasa por el aula Aidelis Guevara Cuellar , una linda jovencita de solo 21 años, egresada del Pre Pedagógico y que se desempeña como maestra de 5to grado.Solo tiene un año de experiencia pero con excelentes resultados.

Lo sorprendente no es eso, sino que ante la pregunta :¿Cual fue tu fuente de inspiración  para obtener tan buena cosecha con tan poca experiencia? la respuesta fluyó rápida : Mariela, Emilia, Yaumara, Felipe y Maria Luisa.

No se por qué recordé a Mery, mi profesora  de Matemáticas que me enseñó en la secundaria la propiedad transitiva, si  5 es mayor que 4 y 4 es mayor que 2, eso implica que 5 es mayor que 2.

Recordé a un director que tuve en la entonces ESBEC Ricardo Pérez Alemán, llamado Roberto Meneses que con su ejemplo personal arrastraba al colectivo hasta la cima, y unidos  fuimos 2 veces Centro Vanguardia Nacional y a Pedro Delgado, quien se mantiene como leyenda viva en ese centro porque ahí quedó con su alma prendada de los buenos valores que  promueve en esa escuela.

Los que recordé fueron solo unos cuantos…

Y lo tuve muy claro: Maestros como Rosalina y Juana Paula (ya fallecidas), como Arminda , Mariela ,Pedro, Emilia, Felipe y Maria Luisa son como semillas que al germinar se multiplican.

Me pregunto:Por qué si una tiene tantos maestros y profesores solo recuerda con claridad algunos? La respuesta me la  dio la frase de José de la Luz y Caballero:
Instruir puede cualquiera, educar solo quien sea un evangelio vivo.

2 comentarios

Efrén Ontiveros Gallegos -

Señora Alina: Después de leer su artículo, he pausado mi tiempo para releerlo y en cada párrafo encontrar una arespuesta al porqué muchos seguimos en la brega de la enseñanza. Le confieso, nuestra memoria se inquieta en nuestras soledades cuando nos preguntamos si habremos conseguido nuestro proyecto de vida en la educación. La respuesta la da usted al ejemplificar si en verdad nos hemos convertido en evangelio vivo, en portadores de las cosas que valen la pena en la vida. ¿Cuáles son? Indudablemente el amor que se da, y que de vez en cuando se recibe. Porque es el amor al ser humano quien muveve al verdadero maestro, quien la única ideología que tiene se mueve al compás de su corazón. Afortunados se han de encontrar quienes hayan pasado bajo la tutela de tan grandes maestros.

yulien -

Qué maestra! Mi madre fue alumna suya y cuando habla de sus años de estudiante siempre menciona a su maestra Arminda.Gracias, Alina por ese bello homenaje a quien anto merece.